Parece muy determinante
llegar a esa afirmación sin tapujos, sin embargo, después de haber investigado
en el marco de este trabajo las fehacientes posibilidades de los deportistas
que practican el rugby de sufrir lesiones graves llegamos a la conclusión de
que el Rugby sí es un deporte de riesgo de acuerdo a la definición que
construimos.
Esto no quiere decir que practicar
el deporte de la ovalada indica directamente que el atleta sufra lesiones, sino
que, a nuestro parecer, las características de la disciplina son propensas a
que se generen mayor cantidad de situaciones riesgosas que en otros deportes,
como por ejemplo el fútbol.
Luego
de entrevistar a los protagonistas llegamos a la conclusión, también, que tal
vez conscientes, tal vez inconscientemente o tal vez por haber naturalizado las
condiciones de juego los protagonistas minimizan los riesgos que la práctica de
este deporte conllevan. En la mayor parte de las entrevistas, especialmente a
los jugadores y médicos, si bien ellos contestaban a la primer pregunta (¿es el
rugby un deporte de riesgo?) negativamente, a lo largo de la entrevista y en
respuesta a las otras preguntas realizadas, terminaban aceptando que el rugby
tiene características propias que dejan al jugador expuesto a lesionarse.
En lo que respecta a los
jugadores ambos, principalmente el hoocker, aceptaban haber sufrido muchas
lesiones en las rodillas, hombros y brazos. Asi mismo encontraban a varias de
las jugadas como peligrosas, tanto el takle, como el ruk, como el scrum.
No queremos con esta
conclusión dar a entender que no debiese jugarse al rugby, pues creemos que es
un deporte interesante y popular. Sin embargo consideramos que es necesario
tomar consciencia respecto de que las posibilidades de sufrir lesiones graves
son reales y que aun hay mucho por mejorar a nivel reglamentario y de
preparación física para evitar riesgos y lesiones permanentes.
Para nosotros el mito se
desmitificó, ya no nos resulta una creación de la opinión pública o del
imaginario social, después de la investigación y, aunque no ha sido tarea
sencilla, el rugby es un deporte de riesgo.
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