Ser primera línea, un trabajo de riesgo


                              



Es importante comprender que la mayoría de las lesiones sufridas en el rugby se producen en situación de tackle, a pesar de ésto, el scrum deja los casos más serios, normalmente en la columna. Por eso, las posiciones más expuestas a sufrir estos perjuicios son los primeras líneas, pilares y hookers, y los segundas líneas.
Cabe destacar que los puestos mencionados tienen como cualidades la inteligencia, fuerza, solidez y poder de penetración, además son los primeros a la hora de llegar a los reagrupamientos, se caracterizan por el tackle frontal y son claves en la ejecución del scrum.
 Muchas veces la mala realización en las formaciones, ya sean scrum, line, ruck o maul, pueden producir serias lesiones y en la mayoría de ellas depende de cómo lo ejecuten los mismos jugadores. Para evitarlas es fundamental la preparación física, cuello y trapecios, en el caso de los primeras líneas, también la prevención por parte del árbitro es un factor importantísimo y que formen jugadores habituados al puesto.
En el scrum los atletas de ambos equipos  deben ser un reflejo de la filosofía del Fair Play, también hay que entender que es un elemento clave del deporte y que varía según el tamaño de los jugadores, las características propias de cada equipo y las condiciones climáticas.  Por eso hay diferentes variables sobra la misma formación y muchas veces una decisión cae en la propia interpretación del juez.
Durante un partido se pueden llegar a realizar alrededor de 50 scrums, teniendo en cuenta que la fuerza que deben soportar los jugadores en esta situación es de entre 1 y 1.5 toneladas, el desgaste sufrido en las primeras líneas genera que, en la alta competencia, se cambie a todos los jugadores de dicha posición promediando el segundo tiempo. Producto de este deterioro se generan lesiones en la columna cervical, lesiones vertebrales, en la parrilla costal, en la cara y el cráneo.

                

                 

          Sobre las lesiones sufridas a lo largo de su carrera Pablo Vernasconi, primera línea del Club de Rugby Los Tilos afirmó: "tengo dos lesiones de ligamentos cruzados, una de meniscos, esguince de tobillo, luxación clavicular y también me lastimé el codo".
          En la mayoría de los casos las lesiones se generan por el derrumbe de las formaciones o en el ingreso a la misma y, en nuestro país, el promedio de lesiones invalidantes es de un caso al año, en todos, la primera expresión que delata la lesión es la parálisis de las cuatro extremidades. A pesar de esto, es normal poder encontrarse con pilares y hookers rindiendo en su plenitud a los 40 años, Pablo aseguró: "las pocas lesiones que hay en el scrum son muy serias y hasta terminan con un jugador parapléjico".
          Sin duda, con la evolución que tuvo el deporte, los riesgos de lesión se han disminuido notablemente, a pesar de ello el rugby figura como el tercer deporte en el mundo en cuanto a la incidencia de traumatismos cervicales. Por detrás, increíblemente, de los saltos ornamentales y las actividades ecuestres, que a priori parecen disciplinas menos violentas. 

                 

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